domingo, 21 de agosto de 2011

Ouroboros "Todo es uno"


"El esfuerzo eterno"
"La lucha eterna"
"Todo es uno"
"El círculo de la transmutación"
"El retorno sin fin"
"La creación desde la muerte"

Se llama ouroboros o uróboros(ουροβοροσ) a un antiguo símbolo griego que representa a una serpiente o dragón que devora su propia cola. Nadie conoce la antigüedad exacta del símbolo, pero sus primeras representaciones se encuentran en tratados de alquimia compuestos en Alejandría durante los siglos III y IV a. c.
La alquimia, ciencia ahora obsoleta, se basaba en teorías casi opuestas a los principios de la química moderna. Los químicos han demostrado que la materia existe en más de cien formas elementales. Los alquimistas teorizaban que la materia tenía una forma perfecta compuesta de la unión en exacta proporción de cuatro elementos: la tierra, el agua, el aire y el fuego. Los alquimistas alejandrinos exploraban métodos para modificar las proporciones de los cuatro elementos en las sustancias, querían transmutar la materia desproporcionada en materia proporcionada o dorada.


Los antiguos alquimistas solían utilizar la alegoría y el simbolismo en sus textos para describir los procesos técnicos. En sus tratados, el símbolo uróboros suele aparecer acompañado de la inscripción «Todo es Uno» (εν τον παν), pretende simbolizar varias doctrinas importantes que querían demostrar los alquimistas: la unicidad última de la materia; la perfeccionabilidad de la materia imperfecta; el ciclo de la materia (nacimiento, crecimiento, descomposición, muerte y renacimiento), el regreso circular de una sustancia impura a su fuente pura a través del proceso alquímico.

El Uróboros, es un concepto empleado en diversas culturas a lo largo de al menos los últimos 3.000 años. Engloba varios conceptos similares y otros que no están relacionados y han sido asimilados recientemente por el cine y la televisión. Generalmente un dragón representado con su cola en la boca, devorándose a sí mismo. Representa la naturaleza cíclica de las cosas, el eterno retorno y otros conceptos percibidos como ciclos que comienzan de nuevo en cuanto concluyen. El mito de Sísifo. En un sentido más general simboliza el tiempo y la continuidad de la vida. Se usa como representación del renacimiento de las cosas que nunca desaparecen, solo cambian eternamente.

En un principio su uso más antiguo estaba en la emblemática serpiente del Antiguo Egipto y la Antigua Grecia. Los uróboros se remontan a los jeroglíficos hallados en la cámara del sarcófago de la pirámide de Unas, en el 2300 a. C. El símbolo tradicional consiste en un dragón o una serpiente que se muerde la cola y crea un círculo sin fin.

Igualmente se puede encontrar un mito similar en la mitología nórdica. En esta mitología, la serpiente Jörmungandr llegó a crecer tanto que pudo rodear el mundo y apresarse su propia cola con los dientes. Este mito fue divulgado más ampliamente por la literatura de entre guerras del siglo XX. El deseo por la consecución del saber oculto, llegar a encarar las fuerzas elementales de la naturaleza, temibles y monstruosas, pero que finalmente conducen hacia la debilidad y la culpa.

El Uróboros representa la personificación de fenómenos naturales como el sol, las olas del mar, etc., subiendo hasta cierta altura y entonces cayendo bruscamente, para volver a empezar. Esto lo relaciona con el mito solar de Sísifo y Helio, el disco del sol que sale cada mañana y después se hunde bajo el horizonte. Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes que alcanzase la cima de la colina, la piedra rodaba de nuevo hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar desde el principio.

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