Kongōrikishi (金剛力士) or Niō (仁王)
A la entrada de muchos templos de Japón, China y Corea, nos encontraremos con los Kongōrikishi o Niō, dos figuras humanoides muy musculadas y con “cara de pocos amigos” que en realidad son los guardianes del templo, los guardianes de los dioses, que según la tradición nipona acompañaron a Buda en su camino y, aunque no consiguieron llegar a su nivel de iluminación son considerados Bodhisattva, es decir, alguien que está avanzado en el camino de la iluminación sin haber llegado a ella todavía.
Normalmente, el de la derecha, Naraen Kongō (那罗延金刚), Jingang Nàluóyán en chino mandarín y Agyō en japonés, se representa con la boca abierta, es símbolo de la violencia y representa el inicio y el nacimiento. También lo representa la vocalización del primer grafema del sánscrito Devanāgarī (अ) que se pronuncia "ah".
El de la izquierda, Misshaku Kongō (密迹金刚), Miji Jingang en chino mandarín y Ungyō en japonés, se representa con la boca cerrada, representando el fin o la muerte, de una manera similar al Alfa y Omega del cristianismo. Simboliza la fuerza latente, manteniendo la boca bien cerrada, la cual es necesaria para trabajar su vocalización "hūm" o "Un".
Los Guardianes Niō también son llamados Guardianes de los Dioses, pero no son guardianes de ningún dios, si no del concepto budista de la iluminación, del hecho en sí de alcanzar el estado de la claridad y sus facciones representan una actitud: la energía que corta el oscurecimiento y la ignorancia. Por eso, Naraen se representa con esa especie de cetro llamado vajra, que, como arma, tiene las cualidades del diamante, es puro, como tal vehículo de la luz y duro, capaz de cortarlo todo. Misshaku es normalmente acompañado con una espada.
La combinación de los Kongōrikishi es representada por la imágen de Shukongōshin o Zhí jīngāng shén en chino mandarín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario